Seguimos el hilo que empezaron los compañeros de hacer entradas homenaje a equipos que sorprendieron durante cierto momento. A continuación ofreceremos un recordatorio al mayor éxito del Mercedes Benz en lo que llevamos de Siglo XXI. Retrocedemos seis temporadas en el tiempo para analizar un equipo que se llevó la ensaladera contrapronóstico, sin hacer ruido y superando a otros clubes que si tenían aspiraciones a ganar la Bundesliga. El Stuttgart se acabó llevando el premio gordo en una de las ediciones más competidas que se recuerdan en estos 50 años. Hasta la última jornada hubo emoción, y necesito vencer en casa al Energie Cottbus para proclamarse campeón por quinta vez en su historia. El Schalke fue el único que le pudo haber quitado el título en esa agónica tarde, se impuso en Gelsenkirchen al Arminia Bielefeld por 2-1, mismo marcador que cosecharía el VFB. Pero hasta ese histórico 19 de Mayo, la temporada 2006-2007 dio muchas vueltas, con tres equipos disputando el primer puesto, Stuttgart, Schalke y Werder Bremen.
El conjunto lo dirigía Armin Veh desde 2006, venía de cuajar una discreta temporada anterior quedando en la novena posición y lejos de la zona europea. Así, el objetivo era volver a la Champions League, ya que todos daban como favoritos al título al Bayern y al Werder Bremen. La aventura empezó con mal inicio, dura derrota 0-3 contra el Nürnberg en el Gottlieb Daimler (nombre oficial entonces del estadio). También cayó en casa contra BVB, pero dio el primer golpe de autoridad en Bremen al imponerse 2-3. Se mantuvo en las primeras jornadas en zona media, pero ante los grandes demostró poderío, victorias contundentes contra Bayer y Schalke que le permitieron situarse en los primeros puestos. En la jornada 12 probó el liderato por primera vez, victoria en Hannover y pinchazo del Werder en casa. Pero lo perdió enseguida al caer en el Allianz, algo que aprovecharon Schalke y Werder para relegarlos a la tercera plaza y luego cuarta, donde se mantuvo hasta el final de la primera vuelta a cuatro puntos de los colíderes.
Los Schwaben habían demostrado capacidad de competir contra los grandes pero el Nürnberg volvió a pasarle por encima en la vuelta del parón con un 4-1 que alejaba al Werder y Schalke hasta siete puntos. Esa distancia se mantuvo respecto al Schalke, que puso la directa y lideró durante la mayor parte de la segunda vuelta.Venció al Werder 4-1 en la jornada 21 y se colocó segundo. Pero se entró en una fase en la que los tres candidatos eran incapaces de ganar dos partidos seguidos. En la jornada 26 se disputó el partido que parecía clave, el Schalke venció al Stuttgart 1-0 con gol del serbio Mladen Krstajic, la distancia subía a los siete puntos y parecía insalvable. Pero en una racha espectacular de ocho victorias en todos los encuentros restantes le hizo alcanzar la cima. El Schalke se derrumbó en los derbis contra Bochum y BVB en WestfalenStadion en la penúltima jornada, lo que hizo que el VFB se colocara primero a falta de un partido. Recibían al Energie y sufrieron de lo lindo con el gol de los visitantes, pero Hitzlsperger y Khedira culminaron una de las remontadas más dulces en la historia del club.
Era el premio a la constancia y la pelea por no tirar la toalla. Un equipo sin grandes estrellas donde destacaron el guardameta Hildebrand, que ponía fin a su etapa en el VFB de la mejor manera. En defensa se consolidaron Delpierre y el portugués Fernando Meira, además de un jovencísimo Srdan Tasci. Además de él, también apareció un centrocampista que apuntaba maneras, Sami Khedira. Con Hitzlsperger, Hilbert y Antonio da Silva fue acumulando experiencia en esa exigente campaña. Mientras el gol fue cosa de un tándem mágico, dos delanteros que se compaginaban a la perfección. El mito germano nacido en Brasil, Cacau, que terminó la temporada con 13 tantos. A su lado, un futbolista más joven que empezaba a demostrar su olfato goleador, Mario Gómez, quién cuajó una gran campaña con 14 goles en 25 partidos. Desde el silencio, el Stuttgart se adjudicó un premio inesperado en la Baden-Würthemberg. Fue un premio a una temporada extraña donde quedó demostrada la magia de esta apasionante Bundesliga donde más potencial no significa más éxito.
Era el premio a la constancia y la pelea por no tirar la toalla. Un equipo sin grandes estrellas donde destacaron el guardameta Hildebrand, que ponía fin a su etapa en el VFB de la mejor manera. En defensa se consolidaron Delpierre y el portugués Fernando Meira, además de un jovencísimo Srdan Tasci. Además de él, también apareció un centrocampista que apuntaba maneras, Sami Khedira. Con Hitzlsperger, Hilbert y Antonio da Silva fue acumulando experiencia en esa exigente campaña. Mientras el gol fue cosa de un tándem mágico, dos delanteros que se compaginaban a la perfección. El mito germano nacido en Brasil, Cacau, que terminó la temporada con 13 tantos. A su lado, un futbolista más joven que empezaba a demostrar su olfato goleador, Mario Gómez, quién cuajó una gran campaña con 14 goles en 25 partidos. Desde el silencio, el Stuttgart se adjudicó un premio inesperado en la Baden-Würthemberg. Fue un premio a una temporada extraña donde quedó demostrada la magia de esta apasionante Bundesliga donde más potencial no significa más éxito.
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