Clubes de gran entidad hemos visto que se han visto relegados a competencias que no eran a priori para ellos como la permanencia, pero el caso más llamativo de todos es sin duda el del Wolfsburgo. Un equipo que hace tan solo dos temporadas levantaba el título de liga y que tras un enorme desembolso para hacer una plantilla capaz de luchar por el campeonato, se ha visto relegado a sufrir hasta la última jornada por no descender a segunda. En el Volkwagen Arena, todavía permanece el susto ya que en muchas ocasiones se han visto en zona de descenso directo, sobretodo en el dramático partido en Hoffenheim de la última jornada. El conjunto de la baja Sajonia iniciaba el campeonato con mucha ilusión después de haber retenido en sus filas a su máxima estrella, el bosnio Edin Dzeko. Además, fichajes de prestigio como el brasileño Diego o el danés Kjaer hacían del equipo dirigido por Steve McClaren, uno de los favoritos junto al Bayern para ganar el título.
Tras tres derrotas en las tres jornadas primeras, se esperaba una reacción que les llevara a los primeros puestos, y así fue, aunque esta duró más bien poco. Los goles de Dzeko y Diego no eran suficientes para vencer a los rivales. Llamaba la atención la escasa capacidad del equipo para aguantar resultados a favor como demuestran las remontadas del Mainz y Bayer Leverkusen en su feudo, donde perdieron los encuentros cuando llevaban una gran ventaja. El Wolfsburg no conseguía salir de la zona media y se acercaba peligrosamente al descenso en la primera vuelta, pero en ningún caso se pensaba que esa situación seguiría en el segundo tramo. Si intenso fue el trabajo de la directiva en el mercado de verano, no menos lo fue en invierno vista la situación. Finalmente, Dzeko se acabó marchando a Inglaterra, lo que significaba la pérdida del ídolo de la afición y máxima referencia anotadora. Para cubrir su vacante llegaron Polak, Tuncay y Patrick Helmes, pero el resultado fue decepcionante salvo el primero, que aportó serenidad al centro del campo en los momentos clave.
Un empate contra el Bayern y una victoria en Maguncia pronosticaban la escalada del equipo lobero, pero no fue más que una ilusión y llegaron dos meses extremadamente duros donde los malos resultados les llevó al descenso. La derrota en la 26ª jornada contra el Nürnberg supuso el fin de McClaren en el banquillo ya que el equipo cayó a la decimaséptima plaza. Poco se tardó en traer un recambio conocido en la entidad, Félix Magath, el entrenador que les hiciera campeones en 2009, asumía la responsabilidad de salvar al equipo en las ocho jornadas restantes. Las victorias contra el Köln y el Werder Bremen sirvieron para salir del pozo, pero la salvación no se logró hasta la última jornada cuando se ganó en el Rhein-Neckar Arena. La figura del croata Mario Mandzukic fue decisiva en este tramo final, también Diego y Grafite, que aparecieron cuando más se les necesitaba. Una temporada durísima en la entidad que esperan que no se vuelva a repetir. De momento será Magath el entrenador que intente volver a hacer de este equipo una potencia en Alemania que aspire a todo.
Clasificación: 15º con 38 puntos
El once de gala
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