Un Schalke sin pena ni alegría

Si concretamos nuestro repaso a la trayectoria de los clubes en la competición liguera, del Schalke se podrían decir pocas cosas buenas. Aunque el gran papel en Champions League y ganar al DFB Pokal, hecho que le da pase a Europa, hacen que la afición minera quede satisfecha. En Gelsenkirchen se esperaba una temporada muy dura, a la vez que ilusionante. Jugarían la Champions después de haber quedado subcampeones de la pasada edición, pero el verano había sido muy turbulento. Magath revolucionó la plantilla y se marcharon futbolistas clave en los últimos años como Kuranyi, Rafinha o Westermann. Pescaron en España jugadores para intentar equilibrar un numeroso equipo que mezclaba jugadores muy veteranos con otros demasiado jóvenes. El fichaje de Raúl hizo confiar en que se podría pelear por algo grande, pero en las primeras jornadas se vio todo lo contrario.

Cuatro derrotas en cuatro partidos hundieron al equipo en la cola, la más dolorosa en casa contra el Borussia Dortmund, donde los azulones se vieron humillados en un partido de alta rivalidad. En la quinta jornada llegó el primer triunfo, en Freiburg y de la mano de Huntelaar, quien seria el jugador más importante de la primera vuelta. Como locales, los resultados tampoco fueron buenos, de hecho no llegaria la primera victoria hasta la undecima jornada, cuando Raúl anotó el primer doblete en la Bundesliga. A duras penas, el Schalke fue obteniendo puntos que resacaron del descenso, pero seguían en el alambre. Hasta diciembre, el equipo se volvió imprevisible, capaz de ganarle al Bayern o al Werder con mucha autoridad y perder 5-0 en Kaiserslautern. De menos a más, se situaron en la mitad de la tabla, aunque el mal juego hizo que Magath estuviera en entredicho desde el principio. El entrenador confió más en un estilo aguerrido, con escasa creación lo que perjudicó directamente a Jurado o Rakitic. El croata, de hecho, abandonó el club para recalar en el Sevilla.

El descontento siguió incrementando en año nuevo, llegaron muchos jugadores en el mercado invernal, lo que levantó sospechas en la directiva por la política de Magath. La tensión estalló en Marzo con la destitución fulminante del entrenador y en su lugar llegó Ralf Rangnick, que hace apenas unas semanas antes se había desvinculado del Hoffenheim. Mientras, en lo deportivo, las cosas seguían igual que en la primera vuelta, manteniendo cierta ventaja respecto al descenso pero sin acercarse a Europa. Asentados en la mitad de la tabla, la afición pronto dejó de preocuparse de los objetivos ligueros y se centró en la champions, donde llegaron a semifinales por primera vez en su historia. Con Rangnick, el equipo mejoró en su juego, se preocupó más de tener el balón y se vio al mejor Jurado. También Raúl fue incrementando su cifra goleadora y demostrando porque es uno de los mejores goleadores en la actualidad. A finales de la temporada, el capitán Neuer confirmó su salida del club, otra baja importante para el proyecto de Gelsenkirchen. Toca ver ahora hacia donde va el equipo minero.