A la final por la puerta grande. Tardarán muchos años en olvidar un partido como este, por lo positivo en Alemania, por lo humillante en el país que organizaba esta gran cita del fútbol. Calificativos como baño, espectáculo, recital, torbellino, festival se añadirán al ver el resultado de lo que fue una exhibición en toda regla de la Mannschaft. Nadie esperaba un resultado tan apabullante, si bien es cierto que los anfitriones debían reponerse a dos bajas muy sensibles. Pero un estadio que se llenó hasta la bandera de camisetas amarillas hacía presagiar un duelo duro, y más en casa de la pentacampeona mundial. Pero a los de Löw no les temblaron las piernas, sacaron personalidad y les bastó con aprovechar los errores del rival para dejar finiquitado el pase en a penas media hora de partido. Difícil con un 1-7 quedarse con un nombre propio, pero mención especial merece Miroslav Klose, marcó solo un gol, pero no un gol cualquiera, ya que le sirve para aumentar todavía más la leyenda. 16 goles en los Mundiales ante la mirada de Ronaldo, que vio como su país se derrumbaba a medida que los puñales germanos se acercaban a la portería de Julio Cesar.
Los once jugadores que Joachim sacó al césped del Mineirao fueron estos: Neuer, Höwedes, Hummels, Boateng, Lahm, Schweinsteiger, Khedira, Kroos, Özil, Müller y Klose. Un once previsible el del seleccionador alemán que no trastocó lo que bien le habñia funcionado contra Francia. Si se vio obligado a introducir cambios respecto al partido de cuartos el técnico de la Canarinha. Scolari debía afrontar dos ausencias demasiado importantes que acabaron por notarse, las de Neymar en ataque y Thiago Silva en defensa. La alineación amarilla fue la siguiente: Julio Cesar, Marcelo, David Luiz, Dante, Maicon, Fernandinho, Luiz Gustavo, Bernard, Hulk, Oscar y Fred. Un once el de la anfitriona que no despertaba ninguna confianza en los alemanes y que demostraba valentia por el seleccionador. El balón echó a rodar en Belo Horizonte y los primeros minutos indicaban que Brasil iba a encerrar a la Mannschaft ayudada por los 58.000 espectadores. La defensa germana se mostró impeclable en ese primer tramo de alta presión canarinha que se fue difuminando como un azucarillo y terminó definitivamente con el primer gol.
Once minutos de juego, Alemania empezaba a destaparse y lo hizo con una cuchillada mortal típica de su especialidad, el balón parado. Córner botado por Toni Kroos, nadie acierta a despejar y es Thomas Müller quien la engancha de primeras en la frontal del área pequeña. El gol, lejos de espabilar a Brasil, hizo que Alemania reforzara más su planteamiento, se apoderaron del balón y llegaría una exhibición histórica de ocho minutos que nunca se olvidarán. Entre el minuto 22 y el 30, un tornado futbolístico se llevó por delante cualquier esperanza local de llegar a la final. Kroos recibe en la frontal, asiste a Müller que de tacón la cede a Klose y tras fallar el primer intento, a la segunda marcaba su 16º gol en un Mundial. Sin tiempo para asimilar, Lahm encuentra el carril derecho libre, cuela el balón en el área y Kroos la engancha a la red, 0-3. Enmudecido el Mineirao, el propio Kroos le rebaña un balón en el 26 a Fernandinho, combina con Khedira y es Toni quien anota su doblete en dos minutos. El 0-5 en el 29', una obra de arte que empezó Hummels en defensa, combina con Khedira, pared con Özil que se la devuelve sin mirar y a placer anota la manita.
Brasil se limitó a contemplar como Alemania le daba una lección de eficacia y juego a la que poco podía oponer, mientras los espectadores lloraban o trataban de creerse lo que estaban viendo. Hasta el descanso, la Mannschaft dio una tregua y los locales tampoco sabían que hacer, el tiempo pasó en esta primera parte sin moverse más, pero aun quedaban goles por llegar. Hummels dejó el sitio a Mertesacker. Brasil tiró el orgullo que le quedaba en la segunda parte, cuando Alemania bajó el pistón. Se vieron algunas grandes paradas de Neuer. Löw retiró a Klose por Schürrle, y su hambre de gol hizo que llegaran dos más con su firma. Minuto 69 y otra jugada para guardar en video, Khedira desborda en banda, asiste a Lahm que da el pase de la muerte a Schürrle para anotar el set. Diez minutos después el 0-7, quizás el gol más bonito en cuanto a ejecución, Müller asiste desde la esquina del córner a Schürrle que con un control precioso suelta un misil por la escuadra. Ahí terminó la sangría, Özil pudo hacer el octavo, Draxler disfrutó de minutos y en el añadido llegó el gol de la honra brasileña, firmado por Oscar. 1-7, historia para la hemeroteca del fútbol y final que el domingo disputará Alemania, lo que hay que saber ahora es si contra Holanda o Argentina.
Autor: @lodani7
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