El Real Madrid lo volvió a hacer, igual que un año, dejó resuelta la eliminatoria en la ida. Si bien es cierto que no con un resultado tan escandaloso como fue aquel 1-6, pero si con una renta que le permite volver a la capital más relajado. El Schalke fue batallador, pero dos destellos de los visitantes castigaron el planteamiento de Roberto Di Matteo. Con el esquema ya habitual de tres defensas y dos carrileros actuando de extremos. El ataque era cosa de Choupo-Moting y Huntelaar, que en Bundesliga no puede jugar, pero si en Europa, aunque su papel quedó terminado pronto por una desafortunada lesión. Espectacular el ambiente en el Veltins Arena, 61.973 personas y un recibimiento a los jugadores especial. El Schalke logró aplacar el poderío merengue en los primeros compases de partido. Ordenados atrás, y en busca de hacer daño a la contra, un planteamiento previsible que logró poner en apuros a Casillas en un lanzamiento de Huntelaar pasado el minuto 20. Sin embargo, el Real Madrid esperó su oportunidad para demostrar lo letales que son sus jugadores, en el minuto 26 llegó el 0-1. Carvajal guisó la jugada, cuelga el balón y Cristiano Ronaldo de cabeza se anticipa a la salida de Wellenreuther.
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Un mazazo que no se esperaba la hinchada local a tenor de lo que se estaba viendo en el césped y que desanimó el ímpetu del conjunto minero. Las malas noticias no llegan solas y Huntelaar se rompió a la media hora, su puesto fue ocupado por un Felix Platte debutante en el primer equipo. El partido se puso en un tramo en que un segundo gol visitante hubiera roto la eliminatoria, y Ronaldo lo tuvo en una falta lejana que obligó a la estirada del joven meta del Schalke. Con el 0-1 se reanudaba la segunda parte, el miedo a un segundo gol madridista hizo que el Schalke cerrara filas, aún así había peligro cada vez que Isco, Benzema o Cristiano se acercaban a la portería minera. El partido tuvo en el minuto 74 la oportunidad de cambiar, el joven Platte mandó un misil al larguero y en el rechace, Uchida no pudo establecer la igualada. Era la mejor ocasión que habían dispuesto. Se lo empezaban a creer, hasta que llegó Marcelo en jugada individual y con un golazo desde fuera del área, anotaba el 0-2 en el 79. Punto y prácticamente final a la historia. Queda la vuelta, pero solo los muy optimistas creerán en una remontada en el Santiago Bernabéu.
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