Temporada convulsa en Múnich

Es difícil mantener el éxito en una plantilla y parece que al Bayern le ha afectado esta temporada. Tras el doblete el año pasado y llegar a una final de Champions, los aficionados del Allianz querían repetir un año glorioso y sin embargo se han tenido que conformar con una tercera plaza, y a duras penas. Se mantenía el mismo proyecto, de hecho, no se trajo a ningún jugador en verano, sí en invierno donde Luiz Gustavo cambió Hoffenheim por Múnich. Van Gaal continuaba en el banquillo, por lo que el objetivo del triplete era claro. Pero muy pronto se empezó a ver que al Bayern le costaba ganar partidos. Equipos de la zona baja de la tabla le arañaron puntos en los dos primeros meses, donde perdió en Kaiserslautern o en casa contra el Mainz. También empató contra el Köln, aunque la derrota más dolorosa llegaría en Dortmund. El Bayern llegó a estar en muchas jornadas más cerca del descenso que de la zona europea.

La inestabilidad se apoderaba del club y Van Gaal fue objeto de muchas críticas por sus planteamientos ya que no conseguía definir un once titular. También la parcela defensiva, que cometía demasiados errores. No obstante, en octubre se cuajó un hecho que sería clave en el desarrollo de la temporada, empezó a erigirse la figura de Mario Gómez. El delantero anotó tres goles contra el Hannover, lo que hizo ganarse su puesto de titular indiscutible y a partir de ahí, respondió con una cascada de goles en todas las competiciones. Ante las bajas de Robben, Ribery y Olic, tres piezas fundamentales en el ataque bávaro, Van Gaal tuvo que recurrir a Gómez, Altintop y Kroos para sustituirles. Los problemas hacían por tanto que el Bayern se alejara demasiado de los puestos de arriba. Antes del descanso invernal, el equipo logró subir puestos, sobretodo con los resultados en casa con cinco triunfos consecutivos. La contundente victoria en Stuttgart daba esperanzas a la hinchada de poder remontar la situación, sobretodo si Mario Gómez seguía con su racha goleadora y tras la recuperación de Ribery y Robben en diciembre.

Llegó Luiz Gustavo en la segunda vuelta y se notó la mejoría en defensa. El equipo funcionaba y se asimilaba a esa apisonadora que fue la temporada pasada, hasta que llegó el Köln y tras una remontada increíble volvió a sembrar las dudas en el equipo, que ya había llegado a la tercera plaza. Pero dos derrotas seguidas apagaron el sueño de poder luchar por el título liguero; el Borussia conquistó el Allianz y una semana después cayeron en Hannover contra el rival que les peleaba el tercer puesto. Por si fuera poco, el Bayern quedó apeado de la Champions contra el Inter cuando lo tenía todo a favor para acceder a cuartos. Van Gaal estaba más cuestionado que nunca y se hizo oficial su marcha en del banquillo muniqués en verano, donde llegaría Heynckes. Peros e anticiparon los hechos y el entrenador holandés fue destituido tras un empate en el derbi bávaro contra el Nürnberg, a falta de cinco jornadas para el final.

Andries Jonker asumió el objetivo de meter al equipo en la tercera plaza, y tras mucho sufrimiento se logró. Victorias contundentes contra el Bayer Leverkusen, Schalke y St. Pauli, con Mario Gómez como protagonista siempre. El delantero terminaría como máximo goleador con 28 goles en total. Su explosión goleadora ha sido quizá lo más positivo del año ya que la temporada pasada  tras pagar 35 millones por su llegada, Mario no respondió a las espectativas y se vió apartado del once títular en gran parte de los partidos. Este empujón final logró meter al conjunto muniqués en la tercera posición, lo que obligará a superar una fase previa si se quiere disputar la Champions. Demasiados altibajos en un Bayern que debe reformar el equipo para volver a intentar dominar en el fútbol germano, veremos si con las nuevas incorporaciones y la llegada de Heynckes se logra recuperar a la bestia y al rekordmeister.

Clasificación: 3º con 65 puntos

El once de gala