Roja Navidad

Hacía tres años ya desde la última vez que el turrón supo dulce en Baviera.
Desde el fin de la primera vuelta en la campaña 2009/2010 no se recordaba un Bayern que llegase al parón navideño con resultados y sensaciones.

Por delante han transcurrido dos temporadas intensas, más cargadas de decepción que de alegrías, y sobre todo vacías de títulos.

Este año el Bayern no es especialmente distinto. Mantiene el bloque, las ideas, el espíritu y confía por segundo año consecutivo en Jupp Heynckes. La diferencia ha estado en la consistencia, la versatilidad, el juego y los resultados.

La primera vuelta de la Bundesliga ha finalizado con el líder de Múnich nueve puntos por delante del Bayer Leverkusen - segundo clasificado - y 12 más arriba del dominador del campeonato en las últimas campañas, el Borussia Dortmund.
El Bayern ha cerrado el primer periodo con 44 goles a favor y solo siete en contra, y 42 puntos en total, igualando su propio récord de una sola vuelta.

La copa ya le ve en cuartos tras pasar tres eliminatorias, dejando a un lado a un siempre correoso Kaiserslautern y al vecino Augsburg, en un partido que cerca estuvo de torcerse.

En Europa, la Champions le debe una, octavos le enfrentará con el Arsenal en el camino hacía otra final pretendida y ansiada.

Hombre a hombre no se aprecian grandes diferencias con respecto a otros años en lo cuantitativo, pero quienes se han sumado al barco sureño este verano han dado un salto de calidad y profundidad a una plantilla que necesitaba fondo de armario.

Arriba la pólvora ha estado protagonizada por Mandzukic, un croata que deslumbró en la Eurocopa y dejó el Wolfsburg para encabezar el ataque del Bayern durante todo el primer giro de liga.
Müller le ha perseguido en cifras. El joven canterano acaba de renovar su contrato con los bávaros hasta 2017 y vuelve a ser el que dejó boquiabierto al mundo en Sudáfrica 2010. La dependencia de un Robben irregular ha finalizado con la mejor versión del ya denominado nuevo `Bomber´.

El retorno de Pizarro ha mejorado las opciones de Heynckes, quien puede mirar al banquillo sin temer quedarse sin ideas.
Además, tras una desagradable lesión, el `capitán gol´ del Bayern está de vuelta. Mario Gómez ha demostrado en los últimos partidos del año que puede volver a quedarse sin rival. Sus minutos en el verde se han traducido en goles.

Sonada fue la carísima llegada de Javi Martínez al buque muniqués. Sería injusto medir su resultado en referencia a los 40 millones que costó al Bayern incorporarle. Desembarcó tras un difícil verano y se encontró con un Luiz Gustavo imperial en labores de sujeción de la medular.
La desafortunada lesión del brasileño le hizo indiscutible. Martínez es ahora la pareja diaria de Schweinsteiger. Da mayor cobertura al alemán en recuperación y presencia defensiva, además de sumar descaro a la creación.
Javi no tiene miedo al balón. Heynckes ya le ve como el futuro cerebro del Bayern y la selección española.
Para quienes no crean en su capacidad de reconversión a la creación basta recordar que Schweinsteiger alguna vez fue considerado extremo puro.

Si algo ha contribuido ferozmente a convertir al Bayern en una bestia de devorar rivales eso ha sido el estado de Franck Ribéry.
No se veía la mejor versión del galo desde su primera temporada en Alemania (2007/2008).
Ahora vuelve a ser un desequilibrio permanente que destroza cualquier tejido derecho del rival.
Sus combinaciones con la clase del mejor Kroos y el plus que supone para los delanteros han hecho del ataque muniqués uno de los más en forma del continente.

No se puede dejar de lado a Dante. Para muchos la cara nueva más importante del conjunto.
Hacía tiempo que el Bayern no encontraba una pieza que aportase calma y seguridad a una defensa secularmente cuestionada.
El central brasileño ha hecho mejor a la zaga roja y a sus compañeros de tareas. Es un muro atrás y enlaza el balón con clase, algo capital en un equipo que se basa en salir jugando desde atrás.

El incansable Lahm, el descaro de Alaba o Shaqiri y la presencia de un meta como Neuer completan lo mejor de un plantel bien dirigido por Heynckes, a quien se le intentará renovar pese a sus 67 años.
El de Mönchengladbach ha apostado con fuerza por las rotaciones y el reparto del trabajo, para evitar así desplantes o rupturas en un vestuario de fácil combustión.

Con estas ha llegado una navidad especialmente feliz en Múnich. Quedan muchos partidos por delante y los títulos no se reparten hasta la primavera, pero todo apunta a que las vitrinas bávaras no tendrán que soportar más sequía.

FELIZ NAVIDAD

@AndyPorcel

@PelotasAlemania