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sábado, 1 de agosto de 2015

Wolfsburg 1-1 Bayern München. Superlobos!

La historia se vuelve a repetir y ya empieza a ser una tradición. Desde 2011, el campeón de la Bundesliga no puede ganar la Supercopa y el Bayern volvió a caer en la trampa. El formato, otorgando al subcampeón la ventaja de jugar el partido en casa, equilibra las fuerzas, y aunque el fútbol se encarga de demostrar que el escenario no es influyente, en este caso si parece confirmarse como clave. De este modo, el Wolfsburg disponía del Volkswagen Arena para recrear su fortaleza, la que les hizo conseguir el segundo puesto en la pasada edición. Y eso que las sensaciones de los lobos no eran idóneas después de su papel en la Emirates Cup. El Bayern mientras tanto también arrastraba algunas dudas por la pretemporada, quedaron últimos en la Telekom Cup y tampoco pudieron vencer al Guangzhou chino. Así que las espadas en todo lo alto, como se vio en el arranque del choque. 

Ocasiones en ambas porterías, el balón rodaba sin parar de área a área, sin un dominador claro, pero ofreciendo un emocionante espectáculo a los aficionados. Douglas Costa, fichaje del Bayern, fue quien primero avisó de sus intenciones, dos ocasiones claras para el brasileño que fue un puñal por banda izquierda. Vieirinha respondía con un disparo que buscaba la escuadra de Neuer en el minuto 12. Perisic exigía su momento atención también con dos oportunidades, y Lewandowski se quedó a muy poco de marcar el 0-1, Costa pecó de generosidad. La divertida primera parte se esfumó con todo por decidir. Tras pasar por los vestuarios, el Bayern se hizo al ánimo de golpear primero y lo logró bien pronto. En el 48, Robben aprovechaba las inseguridades de Casteels y marcaba el 0-1. 

Klose la tuvo para igualar con un remate que obligó a una sensacional estirada de Neuer. Y pocos minutos después, Neuer volvía a repeler un mano a mano con Dost, el guardameta se ganó el sueldo durante los 90 minutos. Poco pudo hacer en la jugada del empate cuando solo faltaba un minuto para el tiempo añadido, Kevin De Bruyne corrió por la banda derecha y surtió un regalo de centro para el remate de primeras de Bendtner. El danés sería decisivo en el título y no solo por este gol que obligaba a la tanda de penaltis para decidir supercampeón. El Wolfsburg tuvo plena confianza y transformó los cinco penaltis, el último anotado por el danés. Xabi Alonso no corrió la misma suerte y erró el suyo con una intervención de Casteels con su pierna, evitando el gol. El primer trofeo serio de la temporada se queda en la tierra de los lobos, torneo que sirve para dar paso a lo grande, lo que vendrá en dos semanas y la primera ronda de la DFB Pokal. 

Wolfsburg players race towards Bendtner (left) after he scored the winning penalty following his late equaliser
(foto vía Daily Mail)

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