A veces suceden en el fútbol cosas inexplicables o situaciones que cuestan asimilar. ¿Como es posible que en un duelo donde la igualdad se estaba imponiendo acabe por desequilibrarse en tan pocos minutos? Así le sucedió al Bayern, que encajó tres goles en los últimos 15 minutos del partido, cuando todo apuntaba a que sería el Allianz quien dictaminaría sentencia y finalista para Berlín. Pero no, aparecieron los magos del Barcelona para poner una ventaja muy clara y dejar a los alemanes con pie y medio fuera de la ansiada cita.
Con todo el mundo esperando el partido, el regreso de Guardiola a la que fuera su casa y donde fue protagonista en la época más gloriosa del club catalán. La nostalgia invadía el Camp Nou, así como la sed de venganza por lo sucedido hace dos temporadas, cuando el Bayern aniquiló a los azulgrana en un parcial de 7-0, venganza que se vio cumplida. Por eso mismo, y con la final de Berlín entre ceja y ceja, el duelo se esperaba emocionante.
La alineación local estaba compuesta por el alemán ter Stegen, Jordi Alba, Mascherano, Piqué, Dani Alves, Iniesta, Busquets, Rakitic, Neymar, Luis Suárez y Messi. El Bayern por su parte disponía sobre el césped a Neuer, Bernat, Boateng, Benatia, Rafinha, Lahm, Schweinsteiger, Xabi Alonso, Thiago Alcantara, Müller y Lewandowski. Con un mosaico de recibimiento a los jugadores y cerca de 5.000 alemanes en el coliseo blaugrana, arrancaba el partido con un ritmo eléctrico. Tal es así que costó apreciar quien dominaba el partido en los primeros instantes, pero lo cierto es que las ocasiones claras cayeron para el Barcelona. Con una defensa adelantada de los bávaros, Luis Suárez se marcó un recital de jugadas que generaron mucho peligro. La más evidente en el minuto 12, mano a mano del uruguayo que obligó a Neuer a sacar la pierna derecha para despejar. El propio Suárez la tuvo de remate en un saque de esquina, mientras que el Bayern solo tuvo una jugada de peligro. Llegó en el 18 y Lewandowski no acertó a rematar el balón que le sirvió Müller entre los tres palos.
(bbcimg)
Se repitieron algunos errores defensivos que ya le costaron un buen susto en Do Dragao, y en la segunda parte lo aprovechó el Barcelona para marcar los goles. En el minuto 77 el primero, quien sino, Leonel Messi obtuvo un balón en las cercanías del área y no se lo pensó para lanzar el latigazo que sorprendía a Neuer. Sin tiempo para reaccionar y con el Camp Nou presionando, de nuevo fue Messi quien marcaba el 2-0 en el 80, tras romperle la cintura a Boateng y con su habitual clase, superando al guardameta. Ya el 2-0 parecía un resultado muy bueno para los culés, pero se encontraron con la guinda en la última jugada del partido, Neymar recibió del propio Messi en un contragolpe y en el mano a mano, esta vez si, lograba anotar su tanto. Cosas inexplicables del fútbol, queda la vuelta en Múnich, aunque está claro que si quieren remontar, deberán apelar al buen juego, la puntería y el espíritu de la heroica.
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