Alemania impuso en Hannover su superioridad y venció por un cómodo 3-0 a un rival que desde el primer momento se mostró endeble y entregado al dominio de los germanos. Para el poco rival que tenía delante, se esperaba una mayor goleada que rompiera con las malas vibraciones de las últimas semanas, concretamente desde que Italia se cruzó en semifinales de la Eurocopa. La selección se mostró algo espesa y con poco ritmo, si bien es cierto que a estas alturas de temporada los jugadores aun no están al 100%, tampoco la selección de Lars Olsen colaboró en hacer un partido atractivo para el espectador. Löw se decantó por sacar a Neuer bajo palos, Lahm, Hummels, Mertesacker y Badstuber en defensa. El centro del campo lo dejó para Khedira y Götze, con Özil más adelantado, Reus y Müller en bandas para dejar en ataque a Miroslav Klose. El delantero de la Lazio no tuvo fortuna y no pudo recortar distancias con el máximo goleador histórico de la selección, el torpedo Müller.
Desde que el colegiado escocés Robert Madden dio inicio al encuentro, la posesión estuvo completamente decantada a favor de Alemania. Sin embargo, el combinado nórdico logró tener alguna llegada que hizo estar atenta a la zaga local, sobretodo en los primeros minutos donde la Mannschaft salió algo fría y estática. Cuando Özil, Müller y Götze empezaron a entrar en juego, la dinámica del encuentro y el ritmo empezaron a cambiar. Fruto de sus apariciones, el guardameta Gunnar Nielsen empezó a erigirse como la figura de su selección. Las ocasiones germanas siempre chocaban con un inspirado Nielsen, que logró aguantar el marcador sin goles hasta la media hora de partido, cuando Götze logró romper el 0-0. El jugador del Borussia se guisó solito la jugada y en la frontar y con mucha clase batió la porteria de las Islas Feroe. Se esperaba que con el gol se abriera la defensa y pudiera llegar el chaparrón, pero nada cambio en ambos equipos. Alemania llegó al descanso con incertidumbre y sabiendo que los aficionados del AWD Arena esperaban mucho más de su selección.
La segunda mitad arrancó con la misma tónica, sin ritmo y con el balón dominado por los germanos, un dominio que no se traducía en goles ni ocasiones claras. Empezaban a sonar murmullos y algún silbido entre los cerca de 40.000 aficionados. En una de las pocas contras que Alemania consiguió pillar desprevenida la defensa visitante, llegó el 2-0 y la tranquilidad. Müller se marchó de su marcador con velocidad y centró al punto de penalty para que Özil rematara de primeras. El 2-0 llegó en el minuto 54 y el resultado, más acorde con lo que se estaba viendo en le terreno de juego. Faltaba por llegar el tercero y también fue obra del madridista en el minuto 71, Reus vio solo a Mesut y este con tranquilidad no falló la ocasión. De ahí para el final, un constante recital de pases y las Islas Feroe que no querían llevarse más goles en contra, por lo que se encerraron en el área para dejar que pasaran los minutos. Löw dio entrada a Schürrle, Podolski y Draxler para que siguieran sumando minutos con la elástica internacional. Cumplido el trámite, ahora esperará un rival que a buen seguro lo pondrá más difícil, Austria el próximo Martes en el Ernst Happel Stadion.
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