La crisis de la campeona del mundo sigue en el aire. La derrota contra Polonia se suma un inesperado empate en casa contra Irlanda, dos puntos que se le escaparon a Alemania de las manos en el minuto 93 en un partido malo y aburrido. El duro revés en Varsovia de hace tres días no desanimó a un público que mostró su agradecimiento a la selección con un bonito tifo con la palabra "danke" en la salida de los jugadores. El ambiente no faltó en un Veltins Arena abarrotado de alemanes e irlandeses, que como siempre, acompañaron en una nutrida representación. Löw restó importancia al error de Neuer en el pasado encuentro y lo mantuvo en la portería. La defensa fue la misma, Durm y Rüdiger en los laterales, Boateng y Hummels de pareja de centrales. En el centro del campo si hubo variante, Kroos estuvo acompañado de Ginter. Bellarabi, Götze, Draxler, este último con el apoyo de su grada habitual y Thomas Müller de delantero.
La primera parte fue de todo menos divertida, Alemania se encontró incómoda, incapaz de franquear la muralla irlandesa que se encargó de desesperar a una línea ofensiva demasiado inoperante y previsible. La única ocasión importante llegó en un zambombazo de Durm en los primeros minutos que se estrelló en el travesaño de manera espectacular. Lo demás fue un quiero y no puedo, posesión alemana al completo pero con un rival que a la contra generaba el miedo en el Veltins. La incertidumbre volaba y las dudas generadas en los dos choques disputados ya de clasificación para la Eurocopa no desaparecían, más bien al revés. La segunda parte no cambió el panorama, Alemania perseguía el gol sin fortuna, y a diferencia del sábado pasado, ni siquiera lograba generar ocasiones claras. Ginter se marchó por Podolski, y Max Kruse reemplazó a un desaparecido Draxler.
Un cambio que anunciaba el gol de la Mannschaft, mediante el único recurso que parecía viable en el partido. Kroos recibió el esférico en la frontal y con un derechazo habitual, la ajustó imposible para el portero Forde. 1-0 en el minuto 71, pero lejos de venirse abajo, la selección de O'Neil empezó a probar una insegura zaga alemana que daba síntomas evidentes de debilidad. Los irlandeses combinaban con un estilo directo y eso desarmaba a Boateng y Hummels. Götze pudo sentenciar sin embargo en una fabulosa jugada de combinación, pero se mantenía ese 1-0 que hacía presagiar lo que finalmente llegaría. En el tiempo añadido, cuando solo faltaba un minuto, Hendrick cazó un balón en el área de cabeza y la cedió para que O'Shea anotara un 1-1 que se celebró como un trofeo en la expedición verde. El Veltisn no se podía creer como se esfumaban dos puntos que ya tenían amarrados, las dudas siguen creciendo y Löw deberá mejorar mucho lo que tiene entre manos.
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