Bayern-Inter, y Madrid en el recuerdo

Si caprichoso fue el destino con Raúl en su vuelta a España, lo de este encuentro se puede calificar casi como mala leche, pero desde los aficionados bávaros seguro que es visto como la oportunidad perfecta de vengarse de lo que pasó en mayo de este mismo año. Aún escuece aquel 2-0 del Santiago Bernabeu donde los alemanes perdieron el único título que disputaron en la temporada pasada, pero mucho han cambiado las cosas des de entonces. El Inter ya no tiene a Mourinho, Diego Milito todavía no ha vuelto a ser el mismo por los problemas físicos que arrastra desde el inicio de campaña y además el Bayern parece haberse marcado este campeonato como el auténtico objetivo de la temporada. El morbo transformado en partido y las ganas de borrar de la memoria aquella fatídica final, alicientes suficientes para afirmar que este encuentro puede ser el mejor de todas las eliminatorias de octavos, si no por calidad, si por el factor controversia que despierta ver de nuevo a los dos potentes rivales europeos que luchaban por la copa este mismo año.

Poco se puede decir de este Inter que no se hubiese analizado ya con anterioridad, un equipo fuerte en defensa y centro del campo con el anterior técnico. Pero desde la llegada de Rafa Benítez al banquillo nerazzuri, las cosas se han desestabilizado, y el conjunto de la Lombardia no parece infligir el mismo respeto que la temporada pasada. Muchas lesiones desde el inicio que poco a poco irán restableciéndose. Caso similar al de los muniqueses que tampoco muestran la misma dinámica que en la etapa anterior, pero que recuperarán al mejor Ribery y probablemente a Robben para las fechas en las que se dispute la eliminatoria. Duelo por tanto de equipos paralelos que sin esperarlo, se vieron las caras en Madrid y que han ensombrecido sus anteriores campañas impecables con resultados no muy alentadores. La ventaja para los de Van Gaal será el factor campo, con la vuelta en el Allianz donde seguro que se llena para animar a los suyos a por la ansiada orejuda y de paso, castigar a quien se la arrebató de las manos hace apenas ocho meses.