No pudo culminarse el milagro, aunque se llegó a tener entre las manos tras hacer lo más difícil, ponerse a un gol de la clasificación. Pero el fútbol volvió a demostrar en Kiev que no es cosa de merecimientos y si de meter la pelota en la red. El Borussia Mönchengladbach fue mejor en los dos partidos, pero la mala suerte acaba por dejarles fuera de una competición muy esperada en la ciudad tras más de 30 años sin verla y finalmente serán tres los equipos alemanes que jugarán en la Champions League. Lo que si que estaba claro es que Favre no daba la eliminatoria por perdida y lo demostró con un once de gala formado por ter Stegen, Daems, Brouwers, Stranzl, Jantschke, Nordveit, Xhaka, Arango, Herrmann, De Jong y Hanke. En un Olimpiyskyi abarrotado, lejos de la frialdad del Valery Lobanovski en los últimos años con menos capacidad de espectadores, el conjunto alemán salió totalmente dispuesto a levantar el 1-3 de la ida.
Y el partido empezó como le gusta al Gladbach, abierto y sin control, tanto es así que en apenas cinco minutos pudieron adelantarse en el marcador y justo después la tuvo el Dynamo por medio de su mejor futbolista en la noche de ayer, el senegalés Ideye. Los visitantes, conscientes de su situación, dominaban el balón claramente pero no lograban penetrar en una experimentada defensa ucraniana que cortaba bien las líneas de pase. Pese a la presión, los fohlen lograron tener ocasiones antes del descanso, sobretodo en la testa de Hanke y un disparo lejano de Herrmann que puso en dificultades a Koval. Arango lograba entrar en juego en banda izquierda y crear peligro cada vez que intervenía, sin lugar a duda el mejor hombre de la eliminatoria. Los riesgos del Gladbach, con una defensa muy adelantada, dieron paso a jugadas de incertidumbre en las que Ideye obligaba a ter Stegen a estar atento.
Con la sensación de impotencia terminaron los primeros 45 minutos y el milagro ya se tornaba imposible, pocos hubieran imaginado el desenlace de la segunda mitad. Tras el descanso continuaba el asedio infructuoso del Borussia, Arango lo intentaba de lejos pero Koval lograba neutralizar el peligro. Pasaron los minutos y sin darnos cuenta nos plantamos en el 70, donde todo empezó a cambiar. Arango centró desde la banda derecha y apareció Khacheridi para introducir el balón en la portería local para hacer el 0-1. Tuvo que ser un defensa del Dynamo quien abriera el marcador ante la ineficacia de los jugadores visitantes. El panorama abrió una luz de esperanza que se volvió en realidad cuando de nuevo el venezolano logró el 0-2 a falta de 12 minutos para el final. Sacó de esquina Alexander Ring y en un remate sensacional de cabeza se lograba un 0-2 que enmudeció las 60.000 personas concentradas en el Olimpiyskiy, ni los aficionados del Gladbach se lo creian tras lo visto.
Los nervios hicieron presencia cuando poco después Arango tuvo la ocasión de hacer el 0-3 pero esta vez no pudo ser. Los alemanes se volcaron y el Dynamo se encerró descaradamente atrás en busca de una contra que finalmente llegó. Garmash encontró a Ideye en un pase magnífico y el senegalés batió a ter Stegen con mucha brillantez. El 1-2 continuaba dejando vivo al Gladbach que solo necesitaba un gol para igualar la eliminatoria, pero ya fue imposible. Herrmann tuvo la última en otro mal rechazo de Khacheridi, pero remató fuera de la portería de Koval. A punto de obrarse el milagro pero mucho se remó para morir en la orilla, lo que nadie le puede quitar a este equipo es la valentía de querer hacer una machada histórica. Al final, el premio de la Europe League es un mal menor que también se tratará de saborear al máximo después de una campaña excelente.
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El espíritu del Gladbach no debe ser de derrota, tiene que pensar que en la UEFA Europa League tiene muchísimas más posibildades de hacer algo grande.
ResponderEliminarUn saludo.