Cuatro de cuatro y lo que es más importante, la clasificación sellada salvo catástrofe improbable, eso es lo más positivo que se puede extraer de la visita germana a la capital de Kazajistán. Un gran ambiente en las gradas del Astana Arena que disfrutaron de una de las mejores selecciones en una tarde más que apetecible para ir al futbol. La buena relación entre ambos países se notó en la primera parte del encuentro, donde ninguna de las dos selecciones se volcaron sobre las porterías de Neuer y de Sidelnikov. Parece sorprendente que el mismo equipo titular que Joachim Löw sacó frente a Turquía el pasado viernes fuese incapaz de batir al equipo kazajo en 45 minutos, una débil selección donde el jugador más conocido juega en el Rot-Weiß Oberhaussen de la segunda división alemana, pero así es el futbol y a veces la confianza y la ilusión pueden cosechar buenos resultados.
Afortunadamente para los intereses de Alemania, las cosas se pusieron de cara en la segunda mitad, Özil y un desaparecido hasta entonces Lukas Podolski se echaron el equipo a las espaldas desde el primer momento. Una combinación rápida entre los dos protagonistas permitió a Miroslav Klose abrir la lata local, otro tanto para el segundo máximo goleador de la historia de la selección, ya van 6 tantos desde que empezó la fase de la clasificación, datos que no coinciden con los que el delantero de origen polaco consigue en el Bayern. A partir del primer gol, la selección de Löw empezó a mostrar sus mejores virtudes, la paciencia y el intercambio de movimientos para abrir los espacios de un rival que se estiró para lograr un hipotético empate. Tuvieron su ocasión en un magnífico disparo de Schmidtgal, su futbolista más conocido, pero Manuel Neuer estuvo atento, el guardameta del Schalke se mostró seguro ante el poco trabajo que tuvo.
Como se preveía, los goles alemanes llegarían al abrirse el encuentro y fue el sustituto de Klose el encargado de hacerlo, el discutido Mario Gómez, que aprovechó una asistencia de Podolski para materializar el segundo gol, un tanto muy celebrado por el jugador del Bayern a quien no le están saliendo las cosas como se esperaba. A cinco minutos para finalizar el encuentro, el mejor del partido Lukas Podolski finalizó una jugada individual con mucha maestría. Un resultado contundente que no obstante deja similares conclusiones que en el pasado encuentro, una selección germana con mucho potencial pero que le cuesta tomar la iniciativa desde el inicio y se atasca ante los cerrojos de los rivales. Pero lo importante es el resultado final, los doce puntos de doce posibles, cinco puntos de ventaja sobre la segunda clasificada, la selección de Austria. La próxima cita será en casa el 25 de marzo del próximo año frente a su rival en la tarde de ayer, veremos como llega para entonces el combinado nacional.
Autor: Dani Garcia
Correo: lodanigranota@hotmail.com
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