Parece que al Werder le ha salido un competidor por lo que respecta al planteamiento táctico de cada encuentro. Si su técnico Thomas Schaaf ha dotado al conjunto de Bremen de un estilo anárquico y que rehúye de cualquier planteamiento defensivo para intentar matar a su rival dando más golpes de los que pueda recibir, ahora hay otro equipo que se ha sumado a esa táctica, eso sí, salvando las distancias. Se produce un paralelismo entre la ciudad y el club de futbol, Bremen tiene la condecoración de ciudad libre, al igual que Hamburgo, de donde viene el FC St. Pauli. Perteneciente a un barrio anarquista, ya hablamos en una entrada de todo lo que supone la institución fuera del terreno deportivo, ahora toca analizar su juego, que por ser fiel a la ideología de sus aficionados, muestra un estilo libre de cualquier restricción táctica. Así por lo menos lo han desarrollado en estas 19 jornadas disputadas, con buenos y malos resultados.
Este tipo de futbol le ha ido bien a un equipo como el Werder de Schaaf, con mucha dinamita y capaz de contrarrestar con muchos goles las enormes “pifias” de su rígida defensa. Pero los pupilos de Holger Stanislawski acusan la poca experiencia en la máxima categoría del futbol alemán y concede varios goles por falta de orden. Este hecho choca con el poco bagaje ofensivo del St. Pauli ya que es el equipo que menos goles ha logrado materializar (18 en total), por tanto, si un ataque no es muy fino y encima la defensa concede facilidades, no es de extrañar que "Die Kiezkicker” (los piratas) estén rozando los puestos de descenso. A pesar de todo, se resignan a la quema por el enorme coraje que muestran en cada partido, la enfervorecida afición que llena las gradas del Millerntor consigue que el estadio sea un fortín difícil de asaltar y además, que sus jugadores rindan por encima de sus posibilidades.
Este tipo de futbol le ha ido bien a un equipo como el Werder de Schaaf, con mucha dinamita y capaz de contrarrestar con muchos goles las enormes “pifias” de su rígida defensa. Pero los pupilos de Holger Stanislawski acusan la poca experiencia en la máxima categoría del futbol alemán y concede varios goles por falta de orden. Este hecho choca con el poco bagaje ofensivo del St. Pauli ya que es el equipo que menos goles ha logrado materializar (18 en total), por tanto, si un ataque no es muy fino y encima la defensa concede facilidades, no es de extrañar que "Die Kiezkicker” (los piratas) estén rozando los puestos de descenso. A pesar de todo, se resignan a la quema por el enorme coraje que muestran en cada partido, la enfervorecida afición que llena las gradas del Millerntor consigue que el estadio sea un fortín difícil de asaltar y además, que sus jugadores rindan por encima de sus posibilidades.
Lo que si está claro es que la permanencia es el objetivo del club y para ello se deben hacer fuertes en casa. En la primera vuelta se consiguieron importantes triunfos a domicilio en Mönchengladbach, Friburgo y Hannover, sin embargo como locales tan solo nueve puntos si sumamos el empate contra el Freiburg el pasado sábado. Para todo equipo que quiera mantener la categoría, la defensa debe ser más contundente y expeditiva, sobretodo en los partidos contra rivales de su misma lucha. Luego, el centro del campo y la delantera podrán seguir realizando ese juego estético y descarado que ha caracterizado a los piratas, con Ebbers, Lehmann, Asamoah y Boll como principales bazas ofensivas. El St. Pauli ha luchado mucho por regresar a la categoría de oro, y aunque su juego es de los más vistosos y divertidos de Alemania, la salvación no debería dejarse al azar y por tanto convendría ser un conjunto más ordenado. ¿Pensará eso Stanislawski? …
Autor: Dani García
Correo: lodanigranota@hotmail.com
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